markintosh

Estimados amigos, me he registrado en el foro puesto que, como autor del citado post, creo que al menos os debo una explicación.

No voy a entrar a valorar las despectivas palabras de vuestro compañero jotaerre, creo que hablan por si solas. Pero un cacique no es sólo el que administra un foro, puede serlo también aquel que desprecia a otros exclusivamente por una frase.

El hilo lo creé por los motivos que explico al comienzo del mismo, respecto al tema de la calefacción que tanto ha molestado… copio y pego lo que he puesto en el otro foro.

Bueno, yo, que queréis que os diga? como decía, he puesto y contado mi experiencia. Cada uno puede hacer lo que considere. Desde luego no soy mecánico ni pretendo sentar cátedra. Yo cuento lo que yo he hecho durante 15 años y lo que me ha permitido disfrutar de mi furgo todos esos años sin un solo susto.

Igual es verdad y no sirve absolutamente para nada, pero a mi, por lo menos me daba algo de tranquilidad pensar que si lo hacía. Igual era sólo placebo, pero chicos, yo veía como bajaba la agujita. Como dije, no se trataba de puertos tipo Tourmalet, siempre evitaba sobre esfuerzos a mi furgo.

Sinceramente, no esperaba que un hilo abierto con ánimo de ayudar y dar consejos, pudiera generar semejante respuesta de alguien, pero bueno, que le vamos a hacer.

De todas maneras, lo que si es seguro es que aunque abras la calefa subiendo un puerto, la furgo no se va a romper  , eso si, la parienta te mirará con cara de odio fijo.

Bueno, me despido de vosotros. Muchos me conocéis, otros no. He tenido durante 15 años (que se dice pronto) una preciosa T3 caravelle que he tenido que vender para pasarme a una T5. Así que ya no pinto mucho por aquí. Creo que el motivo bien vale la pena para cambiar de furgo, una furgo homologada para 4 no admite un quinto pasajero  .

El caso, que sólo desearos que disfrutéis de vuestras T3 como yo he disfrutado de la mía, que les hagáis los miles de kilómetros que le he hecho yo a la mía, que la miréis cada vez que la aparquéis y le deis unos golpecitos en la chapa como yo le hacía cada vez que llegábamos de un viaje sin un sólo contratiempo y que, si alguna vez os toca venderla, seáis capaces de aguantar la lagrimita al verla marchar como yo no pude. 

Un abrazo a todos y muchos kilómetros.